Etiqueta: primavera

No tengo muy claro qué servilleta escribir: si la de Todo es perfecto, la de Qué mierda todo, la de Hoy no me ducho, la de Se puede comer en el suelo de mi casa, la de Hola María, te adjunto el recibo del alquiler, la de Querida María, acabo de recibir mi pedido, gracias por hacer...

– Qué raro todo, ¿no?– Rarísimo.– Una semana sin los coches de los padres atascando la calle, sin niños trotando por el jardín, no hay noticias de los estudiantes enviándose audios, cero parejas haciéndose mimitos, ni rastro de los fosforitos…– ¿ Los fosforitos?– Esa gente que va y viene siempre corriendo, hace días que no vemos ninguno.–...

Tendrán que volver más días de invierno; pero esta tarde ya se intuye la primavera, así que dejo, después de muchos meses, la puerta abierta. Estoy dentro y estoy fuera, en las conversaciones de los pájaros, el tamborileo de las bicis, la chica que graba un audio, "Tía, que le he mandao a la mierda", los niños...

¿Ha llegado? Todavía no. Tía, es que no aguanto más. ¿Cuándo crees que llegará? Es la pregunta de cada mañana. Empleada del año y papelera haciendo guardia para que cuando llegue se encuentre la tiendita abierta. Porque la presión es muy grande, todos quieren saber si vendrá, si después de tanto tiempo esperando, por fin, aparecerá. Al comienzo de cada...

Cualquier momento es bueno para venir a Atentamente. Aconsejo hacerlo en las mañanas de primavera. Atrás quedan las lanas, la calefacción, que no se escape el calor. Atrás el frío y la niebla, lo gris, lo puff. Declaro la primavera el día que decido quitarme las medias y no hay vuelta atrás así me congele, que me congelo, y da igual porque...

Entra E. en la tiendita, con bufanda amarilla, katiuskas amarillas, le encanta el amarillo, el papel, la música, la botánica. ¿Sabes que tenemos encendido debate a cuenta de la planta que tienes en la escalera? ¿Del mirto? Creemos que no es mirto. ¿Comor? ¿Le puedo hacer una foto? Y voy a cortar una hoja. Es que no sabemos qué es. Pero mirto, fijo que no. ¿Pero...

Un niño italiano, un bimbo, se la inventó. La maestra explicaba en clase los adjetivos, y preguntó cómo describir una flor. Entonces, Matteo — puede que con la mano zurda, puede que mordiéndose la lengua— escribió: pe ta lo so. Ella, aun sabiendo que no existe en italiano, alabó el ingenio del pequeño y la belleza de la palabra. Las redes sociales polinizaron la hermosa historia,...