Benvenuta, sorellina

• ¿Seguro que no le falta de nada?
• Lo tiene todo, papelera.
• ¿Y el carrito de compra funciona y aparece el mensajito de las cookies?
• Es una tiendita online sana y preciosa.

Como soy brava papelera, no pedí epidural sino Mahous. Y será porque ya han pasado 3 años y lo he olvidado —a base de Mahous—, pero guardaba el recuerdo de que la bimba nació más fácil. La sorellina, en cambio, ha sido parto programado, no había manera de que saliera la chiquilla: que si un archivo de 1.500 fotos, que si hoja de excel con 738 referencias, que si estas imágenes no se adaptan al slider y te toca repetirlas, que si los atributos de modelo-color-colección no se han creado ahora vas tú y los picas con tus manitas… Mensajería, pasarelas de pago, 4 tipos de cajas para envíos, vídeos de la cuenta atrás, contratación de la empleada del año, revisión de stock. Y luego, que a la bimba la acuestas cada noche y se duerme, pero ¿y esta sorellina, 24 horas activa, que no duerme ni de noche ni de día?

Ay, que se despierta. ¡Un pedido! Es su abuela atenta, que quiere postales y libros de colorear. ¡Otro! Es de caracolitos, se lleva aquel cuaderno sobrio que dice que le gusta, tras años de mirar impávido erizos, princesas, lunarcitos. ¿Y cuando la familia esté abastecida de washis y troqueladoras, qué pasará? ¡Ay, otro más! ¡Y no es un cliente falso, es de verdad!

Y de verdad que es preciosa la sorellina. Los que la quieren, le auguran todo lo bueno: ha llegado en luna llena, es Libra que es armonía y gentileza, italiana porque el 4 de octubre es Francisco de Asís. Que digo yo, ¿no me podría ir ahora mismo en peregrinación a dar las gracias al santo francesco por tan bonita criatura?

• Ahora te toca cuidar de tu bebé, papelera.
• Es que estoy fundía.
• Es que esto no es fácil.
• ¿Puedo abrirme una Mahou?
• Venga.